Denominamos Ictus a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro. El ictus, por lo tanto, puede producirse tanto por la disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral.
DATOS EPIDEMIOLÓGICOS:
La enfermedad cerebrovascular (ECV) es uno de los motivos mas frecuentes de asistencia neurológica y constituye un serio problema de salud pública. Según la OMS representa la tercera causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos. Los datos del boletín Epidemiológico Español la señalan como primera causa de mortalidad en España por entidades específicas en las mujeres y la segunda en hombres. La tasa de incidencia bruta de ictus oscila entre 101 y 285 por 100.000 habitantes y año y la tasa de prevalencia en España estaría entre 4.012 y 7.100 por 100.000 habitantes de más de 64 años.
Un 50% de los ictus habrán tenido un ICT previo.
Se calcula que se producen 4,5 millones de muertes anuales por ictus y que hay más de 9 millones de supervivientes de este proceso.
Aproximadamente de un 15 a un 45 % de los pacientes tendrán una recaida en los próximos cinco años.
Aproximadamente el 65% de los pacientes con ictus son funcionalmente independientes un año después.
Es la causa más importante de discapacidad en el adulto.
Incidencia: 1.5-2.9/1.000 habitantes y año 80% isquémicos (60-70% ateroterotrombóticos y 10-20 % embólicos) 20 % hemorrágicos (15 % intraparenquimatosos y 5 % subaracnoideos)
MORTALIDAD INTRAHOSPITALARIA:
10-34 % (un 19 % en los primeros 30 días y luego acumulan un 16-18% anual)
TRATAMIENTO:
En la actualidad se disponen de tratamientos eficaces para tratar y prevenir el ictus. Por un lado están los antiagregantes plaquetarios, que utilizados en los casos indicados, han demostrado que previenen nuevos ictus al evitar que se formen coágulos. Por otro lado, existen un grupo de fármacos capaces de disolver los coágulos, que cuando son administrados a las personas indicadas y en el tiempo preciso, incrementan en un 30% la probabilidad de recuperarse después del ictus. Existen otros que son capaces de evitar que gran parte de las neuronas dañadas acaben muriéndose, son los neuroprotectores.
No se puede decir que el tratamiento del ictus es polémico pero sí que no es sencillo, ya que con frecuencia se convierte en un verdadero reto médico. El ictus es una patología cerebral que precisa una patología cerebral compleja que precisa de una atención neurológica especializada y precoz realizada en Unidades de ictus para poder optimizar las opciones terapéuticas que existen hoy.
En el curso de Rehabilitación y Cuidado Integral de Pacientes con Ictus se exponen de forma detallada los tratamientos que existen en la actualidad desde el punto de vista ocupacional, fisioterapéutico, etc.